Un Ritual lleno de Pasion y Amor

"Te reclamo como mi compañera. Te pertenezco. Te ofrezco mi vida. Te doy mi protección, mi fidelidad, mi corazón, mi alma y mi cuerpo. Tu vida, tu felicidad y tu bienestar serán lo más preciado y estarán por encima de todo siempre. Eres mi compañera, unida a mí para toda la eternidad y siempre bajo mi cuidado”



viernes, 6 de mayo de 2011

SUEÑO OSCURO/PROLOGO


Prólogo

La noche era negra, la luna y las estrellas embozadas por las negras nubes que se reunían amenazadoras en lo alto. Hebras de negra y brillante obsidiana que daban vueltas y se arremolinaban con una especie de furia, pero el viento permanecía inmóvil. Los animales pequeños se acurrucaban en sus guaridas, bajo las piedras y leños caídos, olfateando el humor de la tierra.
La niebla flotaba misteriosamente saliendo del bosque, se aferraba a los troncos de los árboles haciendo que parecieran surgir de la niebla. Largas y enormes bandas de brillante blanco. Remolinos y prismas de brillantes colores opacos. Se deslizaban a través del cielo, vagando dentro y fuera de la cobertura aérea una enorme lechuza rodeaba la enorme casa de piedra construida en lo alto de los acantilados. Una segunda lechuza, después una tercera aparecieron, silenciosamente dibujaron perezosos círculos sobre las ramas y la casa. Un lobo solitario, bastante grade, con una espeso pelaje negro y ojos brillantes, salió con paso tranquilo de los árboles internándose en el claro.
Sobre el balcón de la casa de piedra, una figura se deslizó hacia adelante, escudriñando en la noche. Abrió los brazos de par en par en un gesto de bienvenida. Al momento el viento empezó a moverse, una suave y amable brisa. Los insectos retomaron sus cánticos nocturnos. Las ramas se balancearon y danzaron. La niebla se espesó y brilló, dando forma a muchas figuras en medio de la misteriosa noche. Las lechuzas descendieron, una sobre el suelo, dos en el balcón, cambiando de forma mientras lo hacían, las plumas se fundieron en piel, las alas se expandieron en brazos. El lobo se contorsionó incluso mientras saltaba, cambiando fácilmente a la carrera hasta que un hombre aterrizó, sólido y entero.
- Bienvenidos. - La voz fue hermosa, melodiosa, el arma de un hechicero. Vladimir Dubrinsky, Príncipe de los Cárpatos, observando con pesar como sus leales congéneres se materializaban a partir de la niebla, de aves y lobos, hasta formar fuertes y apuestos guerreros. Todos y cada uno de ellos luchadores. Hombres leales. De confianza. Nobles de corazón. Estos eran sus voluntarios. Estos eran los hombres a los que estaba enviando a la muerte. Sentenciaba a cada uno de ellos a siglos de insoportable soledad, de incomparable desolación. Vivirían sus largas vidas hasta que no pudieran soportarlo ni un momento más. Estarían lejos de su hogar, lejos de sus familias, lejos del consuelo y solaz de su tierra natal. No conocerían la esperanza, no tendrían nada más que su honor para ayudarlos en los siglos venideros.
Su corazón estaba tan apesadumbrado, Vladimir pensó que se partiría en dos. La calidez rezumó en el frío de su cuerpo, y la sintió a ella moviéndose en su mente. Sarantha. Su compañera. Por supuesto ella compartiría este momento, su hora más oscura, cuando enviaba a estos jóvenes hacia su horrendo destino.
Los reunió a su alrededor, silenciosos, sus caras serias, apuestas, sensuales, fuertes. Ojos firmes y sin parpadear de hombres en los que se podía confiar, hombres leales y de confianza, hombres que verían cientos de batallas. Los mejores. El dolor del cuerpo de Vladimir fue físico, un resquemor agudo en su corazón y alma. Profundo. Despiadado. Estos hombres merecían mucho más que la horrorosa vida que debía darles. Tomó aliento, lo dejó escapar lentamente. Poseía el gran y terrible don de la precognición. Había visto la desesperada lucha de su gente. No tenía más elección que confiar en que Dios sería misericordioso allí donde el no podía serlo.
- Os lo agradezco a todos. No se os ha ordenado pero habéis acudido voluntariamente, los guardianes de nuestra gente. Cada uno de vosotros ha hecho la elección de dejar a un lado la oportunidad de vivir para asegurar que nuestra gente esté a salvo, así como las otras especies del mundo. Me abrumáis con vuestra generosidad, y me siento honrado de llamaros mis congéneres, mis hermanos.
Había un completo silencio. La pena del Príncipe pesaba como una piedra en su corazón, y, compartiendo su mente, los guerreros captaron un vistazo de la enormidad de su pesar. El viento se movió gentilmente a través de la multitud, alborotando el cabello de alguien con el toque de la mano de un padre, amablemente, amorosamente, rozando un hombro, un brazo.
Su voz, cuando llegó de nuevo, fue dolorosamente hermosa.
- He visto la caída de nuestra gente. Nuestras mujeres son cada vez menos. No sabemos porque no nacen niñas, pero se conciben menos que antes, y aún menos viven. Se está volviendo mucho más difícil mantener vivos a nuestros hijos, niños y niñas. La escasez de mujeres ha aumentado la crisis. Nuestros hombres se convierten en vampiros, y el mal se extiende por la tierra demasiado rápido como para que nuestros cazadores puedan contenerlo. Antes, en tierras lejanas, los licántropos y la raza del Jaguar eran lo suficientemente fuertes como para mantener a esos monstruos bajo control, pero su número ha menguado y no pueden contener la marea. Nuestro mundo está cambiando, y debemos hacernos cargo de los nuevos problemas que hay que enfrentar.
Se detuvo, una vez más estudió sus caras. La lealtad y el honor corrían profundo en la sangre de estos hombres. Los conocía a cada uno de ellos por su nombre, conocía la fuerza y las debilidades de cada uno. Ellos deberían haber sido el futuro de su especie, pero él los enviaba a recorrer un solitario camino de inconmensurable dificultad.
- Todos vosotros debéis saber lo que estoy a punto de contaros. Cada uno de vosotros debe sopesar su decisión por última vez antes de que se os asigne una tierra que guardar. Allá a donde vais no hay ninguna de nuestras mujeres. Vuestras vidas consistirán en cazar y destruir al vampiro en las tierras a donde os envío. No habrá ningún compatriota que os auxilie, que sea vuestro amigo, más que aquellos a los que envío con vosotros. No tendréis el consuelo de la tierra sanadora de los Cárpatos para ofreceros confort cuando estéis heridos tras vuestras batallas. Cada muerte os acercará más al borde del peor destino posible. El demonio interior rabiará y luchará por controlaros. Estaréis obligados a aguantar tanto como seáis capaces, y entonces, antes de que sea demasiado tarde, antes de que el demonio os encuentre y reclame, debéis terminar con vuestras vidas. Plagas y dificultades barrerán estas tierras, las guerras son inevitables, y he visto mi propia muerte y la muerte de nuestras mujeres y niños. La muerte de mortales e inmortales por igual.
Eso provocó el primer apasionamiento entre los hombres, una protesta no expresada en voz alta sino más bien en la mente, una objeción colectiva se deslizó a través de sus lentes unidas. Vladimir alzó la mano.
- Habrá mucha pena antes de que nuestro tiempo se acabe. Los que vengan detrás de nosotros lo harán sin esperanza, sin el conocimiento, incluso, de lo que nuestro mundo ha sido y lo que significa una compañera para nosotros. Para ellos la existencia será mucho más difícil. Debemos hacer todo lo que podamos para asegurar que mortales e inmortales por igual estén tan seguros como sea posible.
Sus ojos se movieron sobre las caras, deteniéndose en dos que parecían iguales.
Lucian y Gabriel. Gemelos. Hijos de su segundo al mando. Ya trabajaban incansablemente para erradicar el mal de su mundo.
- Sabía que os ofreceríais voluntarios. El peligro sobre nuestra tierra y nuestra gente es tan grande como el peligro del mundo exterior. Debo pediros que permanezcáis aquí, donde la lucha será de hermano contra hermano y amigo contra amigos. Sin vosotros guardando a nuestra gente, caeremos. Debéis quedaros aquí, en estas tierras, y proteger nuestro suelo hasta el momento en que percibáis que se os necesita en algún otro lugar.
Ninguno de los gemelos intentó discutir con el Príncipe. Su palabra era ley, y tanto era el respeto y amor que le profesaba su gente que obedecieron sin preguntar.
Lucian y Gabriel intercambiaron una larga mirada. Si hablaron por su vínculo mental privado, no compartieron sus pensamientos con ningún otro. Simplemente asintieron con la cabeza al unísono, de acuerdo con la decisión de su Príncipe.
El Príncipe se volvió, sus ojos negros perforando, poniendo a prueba, buscando en los corazones y mentes de sus guerreros.
- En las junglas y bosques de tierras lejanas el gran Jaguar ha empezado a declinar. Los Jaguares son gente poderosa con muchos dones y gran talento psíquico, pero son criaturas solitarias. Los hombres encuentran y se emparejan con las mujeres y después las abandonan y los jóvenes tienen que valerse por sí mismos. Los hombres Jaguar son sigilosos, se niegan a abandonar las junglas y mezclarse con los humanos. Prefieren que los supersticiosos les reverencien como deidades. Las mujeres naturalmente se han vuelto hacia los que las amarían y cuidarían de ellas, los que las verían como el tesoro que son. También ellas, por algún tiempo, se han emparejado con humanos y viven como humanas. Su ascendencia se ha debilitado; cada vez menos existen en su forma verdadera. Pierden a sus mujeres porque no saben apreciar lo importantes que son. Nosotros perdemos a las nuestras a causa de la propia naturaleza. - Los ojos negros se posaron sobre un alto y apuesto guerrero, uno cuyo padre había luchado junto al Príncipe durante siglos, y había muerto a manos de un maestro vampiro.
El guerrero era alto y erguido con amplios hombros y largo pelo negro. Un auténtico e implacable cazador, como tantos a los que estaba sentenciando a una horrenda existencia esta noche. Este luchador había sido probado muchas veces en batalla, era leal e inquebrantable en sus deberes. Sería uno de los pocos a los que enviaría solos, mientras que los otros irían en grupos o parejas para ayudarse unos a otros. Vlad suspiró pesadamente y se obligó a dar la orden. Se inclinó respetuosamente hacia el guerrero al que se dirigía, pero habló con voz suficientemente alta como para que todos lo oyeran.
- Te marcharás de esta tierra y recorrerás el mundo tras los monstruos en los que nuestros hombres han elegido convertirse. Debes evitar todo enfrentamiento con el Jaguar. Su especie, como la nuestra, encontrará también una forma de unirse al mundo o extinguirse como tantos otros antes que nosotros. No te enfrentarás con ellos en batalla. Déjalos a su propio destino. Evita al hombrelobo lo mejor que puedas. Como nosotros, ellos luchan por sobrevivir en un mundo cambiante. Te doy mi bendición, el amor y la gratitud de nuestra gente, y que Dios te acompañe en la noche, en tu nueva tierra. Debes abrazar esa tierra, hacerla tuya, convertirla en tu hogar.
- Después de que yo me haya ido, mi hijo tomará mi lugar. Será joven e inexperto, encontrará difícil comandar a nuestra gente en tiempos tan problemáticos. No le daré cuenta de aquellos a los que he enviado al mundo exterior como guardianes. No puede apoyarse en otros mucho más viejos que él. Debe tener fe absoluta en su habilidad para guiar a nuestra gente por su propia cuenta. Recordad quienes sois y lo que sois: guardianes de nuestra gente. Firmes, la última línea de defensa que evita que sangre inocente sea derramada.
Vladimir miró directamente a los ojos del joven guerrero.
- ¿Tomas esta tarea por propia voluntad? Debes decidir. Nadie pensará mal de ti o de cualquiera que desee quedarse. La guerra aquí también será larga y difícil.
Los ojos del guerrero permanecieron firmes sobre el Príncipe. Lentamente asintió aceptando su destino. En ese momento su vida cambió para siempre. Viviría en una tierra extranjera sin la esperanza de tener amor o familia. Sin emoción o color, sin luz que iluminara la imparable oscuridad. Nunca conocería a su compañera, en vez de eso pasaría la vida entera cazando y destruyendo al no-muerto.


1 comentario:

monica dijo...

estoy empezando a leer este mary

Aclaracion-Disclaimer

La Saga Serie Oscura, es propiedad de la talentosa Christine Feehan.
Este espacio esta creado con el único fin de hacer llegar los primeros capítulos de estas magnificas obras a todos ustedes que visitan el blog. Lamentablemente, en latinoamericano muchos de estos maravillosos ejemplares, no estan al alcance de todos.
Si tienes la posibilidad de conseguir estas historias en tu pais, apoya el trabajo de Christine y compra sus libros. Es la unica manera de que se continue con la publicacion de los mismos.
Gracias por su visita
Mary