Un Ritual lleno de Pasion y Amor

"Te reclamo como mi compañera. Te pertenezco. Te ofrezco mi vida. Te doy mi protección, mi fidelidad, mi corazón, mi alma y mi cuerpo. Tu vida, tu felicidad y tu bienestar serán lo más preciado y estarán por encima de todo siempre. Eres mi compañera, unida a mí para toda la eternidad y siempre bajo mi cuidado”



domingo, 15 de mayo de 2011

HAMBRE OSCURA/CAPITULO 6


CAPITULO 6

RIORDAN la observó nada, su cuerpo pálido deslizándose sensualmente a través del agua. El líquido claro brillaba tenuemente sobre su forma femenina, realzando cada curva y hueco secreto. Captar el vistazo de otro hombre en la mente de ella había sido una sorpresa, y no estaba seguro de por qué sería. Era una mujer muy sensual. Era atrevida y sabía lo que quería. Deseaba esa clase de mujer, tan sensual como sabía que era él mismo, pero la idea de otro hombre inclinándose para succionar sus pechos o hundirse profundamente en su cuerpo hacía que la bestia en su interior se álzase.
Era oscura, fea y más que peligroso.
Juliette atraería la atención de los hombres con su cuerpo bien proporcionado. Era el epítome de una criatura sensual.
Riordan buceó bajo el agua y empezó a nada, hacia atrás y hacia adelante, para mantener su furia a raya. Si alguna vez ella deseaba a otro hombre...
Creía que los compañeros se deseaban solo los unos a los otros. Había curiosidad en su voz.
Tú eres la única compañera que he tenido nunca. Soy nuevo en esto.
Sonaba tan descontento que ella se rió y nadó hacia el otro lado de la charca. Había una repisa lisa formada por rocas bajo la superficie caso al borde del agua. Juliette se sentó en ella y le observó nadar adelante y atrás como un tiburón.
¿Realmente te molesta tanto?
Riordan oyó el suave temblor en su voz. Por supuesto que me molesta. Soy un hombre posesivo. Pero poco importa,
Juliette. Somos compañeros. Estamos unidos de ahora en adelante y nunca habrá otro.
¿Eso es un decreto? No sabía por qué de repente estaba cerca de las lágrimas. No se avergonzaba de su pasado. No deseaba a ningún otro hombre ahora, pero no podía evitar haber nacido en una especie que hacía casi imposible no tener sexo en ciertos momentos. No iba a disculparse por ser lo que era.
Riordan captó el eco de sus pensamientos, el dolor apretujó su pecho, y supo que le había hecho daño. ¿Había sido esa su intención? Esperaba que no. Se despreciaría a sí mismo si sus reciente adquiridas emociones estuvieran tan fuera de control que castigaría a su compañera por algo que había hecho antes de conocerla.
Nadó lentamente cruzando la charca hasta que estuvo directamente delante de ella.
- Creo que soy el idiota que me has llamado. Me disculpo por tu vena celosa. También descubro que tengo un temperamento pésimo que me esforzaré más por mantener bajo control. - Le sonrió, una sonrisa repentina que dio vida a sus ojos oscuros. - Es la pasión en mí. Mi sangre se calienta y estoy atrapado. Afortunadamente.. - Se movió más cerca de ella, sus manos le rodearon los tobillos. - Puedo compensar mis defectos de otras formas.
- No te atrevas. - Podía ver la malicia en su cara.
Él tiró de sus piernas, cogiéndola por sorpresa, así que se deslizó hacia él, con las piernas sobre sus hombros. Pensé en averiguar a que sabes. Si estás tan picante y especiada por todas partes como imagino. Sin darle la más ligera oportunidad para escurrirse, agachando la cabeza entre sus muslos.
Juliette saltó, pero las manos de él la acunaban las nalgas desnudas, los dedos se hundían profundamente par mantenerla inmóvil. Sus dientes le rasparon la cara interior del muslo. Se oyó a sí misma gemir suavemente. Sintió la primera oleada de acogedor calor húmedo.
- Tiéndete hacia atrás para mí. - Dijo él suavemente. - Relájate, flota. Solo siente. Solo siente esta vez, Juliette.
Adoraba la forma en que pronunciaba su nombre con su peculiar y muy sexy acento. Adoraba la forma en que sus ojos se oscurecían y ardían hambrientos y quemaban sobre su cuerpo. Su pelo le tocaba la piel sensible, le tembló el cuerpo. Sintió su mano empujando contra su calor. Levantó la mirada hacia el cielo nocturno, observando las gotas de lluvia bajar en un lento movimientos. Algunas aterrizaron en su cara, algunas sobre sus pechos desnudos. El agua de la charca se deslizaba sobre su estómago, una manta sedosa que la excitaba aún más. Juliette se entregó completamente a él.
Sus dedos empujaron dentro de ella, dejando profundas caricias, jugueteando y danzando hasta que gimió de placer. La boca reemplazó a la mano, un caliente pulso de fuego que la dejó sin aliento, incapaz de gritar, incapaz de respirar. La presión se acumuló con rapidez y fuerza y recorrió su cuerpo buscando alivio. Cuando su orgasmo golpeó, fue explosivo y violento y la sacudió hasta el mismo centro de su ser.
Riordan alzó lentamente la cabeza de entre sus muslos, sosteniéndola con seguridad cuando podía haberse ahogado, podría haberse hundido hasta el fondo en un montón de ardiente carne femenina. Tiró de ella a través de agua hacia él, meciéndola gentilmente mientras su cuerpo continuaba crepitando, chispeando y ondulándose de placer.
Juliette enredó los brazos alrededor del cuello de él y posó la cabeza sobre su hombro.
- Acepto tus disculpas.
Los brazos de él se apretaron posesivamente. Flotó sobre la pequeña repisa cerca del borde del agua.
- Esperaba que sentirías mi sinceridad.
- ¿Crees que una mujer puede enamorarse de un hombre al que apenas conoce?
- No sé, pero puede enamorarse de un hombre después de haberse paseado por su mente y saber quién es y que defiende.
Ella le besó el cuello.
- Ni un vez soñé que tendría un hombre en mi vida. Nunca.
- Eso es solo porque no podías conjurar la imagen de un hombre tan encantador. - Se sentó en la repiso pareciendo complacido consigo mismo y la colocó en su regazo, acunándola cerca. - Tengo cuatro hermanos. - Empujó su pelo húmedo a un lado del cuello y lo echó hacia atrás en una largo y húmedo rastro sobre su hombro. - Nuestro príncipe nos envió fuera hace muchos años a este país que se ha convertido en nuestro hogar. Soy el más joven de la familia, y mis hermanos se preocupan por mí, todos ellos. Nicolás y Rafael están fuera del país en este momento así que estás segura, no tendrás que conocerlos en masa. Estamos muy unidos a una familia de humos...
- Los que trabajan en vuestro imperio vacuno. - Interrumpió ella.
- Rancho. Es grande, pero no es un imperio. Si, ellos llevan el rancho. Tienen jóvenes parientes huérfanos en Estados Unidos y dos de mis hermanos han ido a ayudarlos para facilitar el trámite de traerlos a casa.
Ella le miró suspicazmente.
- ¿Qué significa eso? Facilitar el trámite. ¿Utilizando sus voces con sugestiones hipnóticas? ¿Sus ojos hipnotizan a la gente?
Él sonrió de nuevo, suavizando las líneas de su cara.
- ¿Es eso lo que crees que hago yo?
- No te avergüenzas de ello. - Confirmó ella.
- Funcionó contigo, y eso es todo lo que importa.
- Desearías que funcionara conmigo. Solo ocurre que me gusta la forma en que atas cabos. - Entrelazó los dedos con los de él. - Tienes un gran rancho y vives allí con tus cuatro hermanos sobre protectores y una familia humana también.
- Mis otros hermanos, Manolito y Zacarias, los mayores, probablemente están en camino mientras hablamos para comprobar que estoy bien como si fuera un niño.
Ella se llevó la mano a la boca.
- Testificaré que hace mucho que pasaste la etapa infantil si quieres.
- Dudo que sea de ayuda. Puedo manejar a mis hermanos. Solo te estoy advirtiendo que su protección se extenderá hasta ti. Tuvimos que evítalos hasta saber que estaba completamente cautivada por mi encanto, no huirás de ellos.
- Yo vivo con mi hermana pequeña, y mi prima. Jasmine, mi hermanita, es hermosa por dentro y por fuera. - Juliette frunció el ceño. - Es capaz de cambiar de vez en cuando si está bajo una tremenda tensión nerviosa, pero no puede contar con su habilidad para hacerlo. Mi prima y yo somos las protectoras de mi familia. No solo de mi familia sino de todas las mujeres de nuestra ascendencia.
Él se quedó en silencio, esperando que continuara. Sintió una terrible tristeza y apretó sus brazos alrededor de ella para darle confort y apoyo.
Juliette apoyó la cabeza contra el hombro de él, su pelo flotaba sobre el agua alrededor de ellos como algas marinas.
- Tengo que volver a casa y asegurarme de que mi hermano y mi prima están a salvo. Tengo un deber para con mi familia,
Riordan, igual que tu lo tienes con tu gente. No tenemos hombres que nos protejan. Nuestros hombres no se emparejan de por vida, ni se quedan con nosotras. Algunos de los hombres intentan raptar y mantener a nuestras mujeres prisioneras solo para poder mantener el linaje puro. Pocas de nosotras somos capaces de cambiar a nuestra otra forma. Y continuaremos siendo menos y menos. Tratan a esas mujeres como máquinas de engendrar. Es una cosa horrible. No las aman o intentan crear una atmósfera de felicidad, simplemente las fuerzan a producir bebes.
- ¿Y qué es lo que crees que puedes hacer tú para detenerles? - Su voz estaba completamente desprovista de expresión.
Juliette sintió un estremecimiento bajar por su espina dorsal. Sintió la súbita inmovilidad de él. Había estado en su mente y había una cualidad cruel y despiadada enterrada profundamente en su interior que la alarmaba.
- Alguien tiene que rescatar a las mujeres. Yo soy fuerte. Soy capaz de cambiar, y no tengo miedo a esas bastardas. Puedo proteger a mi hermano y mi prima. Bueno, quizás Solange me protege a mí. - Volvió la cabeza para levantar la mirada hacia su cara. - Cogieron a mi madre. Estaba retenida en una habitación diminuta, y varios hombres la violaron hasta conseguir dejarla embarazada. No ocurrió inmediatamente así que la tuvieron largo tiempo. Los llevó dos años encontrarla.
- Juliette.- Respiró su nombre. Su pena le golpeó, desgarrando su corazón y alma. Frotó la nariz contra su coronilla. – Lo siento tanto. - No necesitaba contarle el resto. Le veía en su mente. Su madre había muerto en el parto, demasiado tiempo descuidada por los hombres que la mantenían prisionera. El niño había muerto también, y Juliette se sentía responsable porque había llevado tanto encontrar su madre.
Riordan había estado preparado para prohibirle asumir el papel de guerrera, pero no podía hablar, no podía emitir órdenes ni siquiera aunque pudiera mantenerla a salvo. Su dolor era demasiado profundo. Entendía la necesidad de proteger a otros.
Entendía el honor y la responsabilidad. Sus dedos le aplastaron el pelo en un puño.
- ¿Encontrarse a los hombres que la tomaron? Debes conocerlos por el olor.
Lágrimas ardieron tras sus párpados, lágrimas que juró nunca serían derramadas. Se negaba a malgastar su tiempo llorando. Había muy pocas mujeres capaces de cambiar y los hombres jaguar que se reunían en bandas estaban decididos a poseerlas. Ella estaba igual de decidida que nunca pusieran sus manos en ellos.
- Jasmine puede no ser capaz de cambiar a voluntad, pero incluso su pequeña habilidad la pone en peligro. Tiene otros dones para ayudarla, pero no puede luchar contra los hombres si la capturan. Vivo con Jasmine y mi prima. Solange es la hija de la hermana de mi madre y mi madre la crió después de que mi tía fuera asesinada cuando varios hombres intentaron capturarnos. Luchó con ellos, dando a mi madre tiempo para escapar con nosotras tres, las niñas.
- Así que hora tú, tu hermana y tu prime vivís con el temor de que ellos hombres vengan tras vosotras. ¿Por qué permanecéis en la jungla donde estáis en peligro?
- ¿Por qué cazas tú al vampiro? - Le devolvió ella. - Este es nuestro hogar. No somos las únicas mujeres tras las que van estos hombres, pero tenemos habilidades. Después de lo que hicieron a nuestras madres, no planeamos dejarlos simplemente robar y matar a otras mujeres. Ahora sabemos como piensan los hombres, y hemos tenido éxito rescatado a varias mujeres.
- Juliette, lo que hacéis es muy peligroso. Esos hombres no están bien. He conocido a algunos de la raza del jaguar y los hombres no cometían esos crímenes contra sus mujeres. Algo va mal.
- No son todos los hombres. Solo un pequeño grupo, pero son muy poderosos porque actúan juntos. - Se volvió entre sus brazos. - ¿Entiendes por qué tengo que quedarme con estas mujeres? No tienen otra protección. Jasmine y yo tememos que los hombres estén aliados con alguien del nuevo laboratorio Morrison. Demasiados animales de especies en peligro de extinción han sido capturados. Pensamos que los hombres jaguar trafican con animales a cambio de ayuda para encontrar a las mujeres. Esa fue una de las razones por que las irrumpimos en el laboratorio.
- ¿Es posible que un vampiro esté conectado con los hombre jaguar y los hay corrompido?
- Creo que esos hombres se han corrompido a sí mismos.
- Volveremos con tu familia y nos aseguraremos de que están a salvo, Juliette. Si te preocupas por ellos, entonces, por supuesto, yo me preocupo también. No se cuestiona que esta práctica debe ser detenida.
- Intenté no culpar a todos los hombres, de veras lo intenté. Nuestra especie está muriendo, pero a ellos no les importan en absoluto las mujeres, lo único que quieren es que la raza continúe. - Sacudió la cabeza tristemente. - Eso no está bien.
Tenemos derechos a nuestras visas.
Él le besó la sien, la comisura de la boca.
- Entiendo su desesperación. Nuestra especie está casi extinta también. - Le inclinó la barbilla para poder capturar su boca.
Su beso fue gentil, tierno. - Te uní a mi sin pensar en tus sentimientos, Juliette. Quizá soy tan culpable como esos hombres.
- Sus brazos le rodearon la cintura, empujándola hasta su regazo de forma que medio flotaban en el agua, el cuerpo de ella encajado en el hueco de sus caderas. - Nunca pensé en lo egoísta que sería eso. En mi cultura, los compañeros están destinados y deben estar juntos para sobrevivir. Este es ahora otro mundo, uno donde nuestras mujeres, quizás, ni siquiera son de la misma especie. Debería haber pensado más en lo que tú deseaban hacer con tu vida y menos lo que yo necesitaba para sobrevivir.
Juliette se recostó hacia atrás contra él, descansando la cabeza en el nicho de su esternón. Las manos de él le cunaban los pechos llenos, tomando el peso en sus palmas, sus dedos la masajeaban gentilmente casi sin pensar. El placer la atravesó.
Pensó que nunca podría desear volver a moverse, aunque las manos sobre su cuerpo creaban un calor fundido que se movía lentamente a través de su riego sanguíneo y lamía su piel.
- Yo tampoco estaba pensando, Riordan, solo en lo mucho que te deseaba. Apenas podía pensar con claridad sin desearte.
No nos habrías unidos en ese punto y si yo no hubiera estado tan segura habría dicho que no. - Se volvió perezosamente y se deslizó hacia abajo por su cuerpo, piel con piel, frotando a lo largo de su pecho y su torso, deleitándose en las diferencias entre hombres y mujeres. El estómago de él era plano y ondulado con muslos. Lamió las gotas de agua. La lluvia caía gentilmente, gotas frescas que parecían chispear contra su ardiente piel. Enredó los brazos alrededor de las caderas de él, frotando la nariz perezosamente contra su ombligo. Sus dientes le mordisquearon la piel.
Riordan sintió que su cuerpo se endurecía en respuesta. Bajando la mirada la línea limpia de su espalda, la redondeada incitación de su trasero, sus piernas flotando sobre las de él en las aguas frescas de la charca era suficiente para dar placer a cualquier hombre. Su boca vagaba sobre él, saboreando y lamiendo. No había nada inhibido en Juliette. Adoraba hacer el amor con él, adoraba su cuerpo, y en su mente le permitía saberlo. Con su cuerpo le permitía saberlo. Era excitante tener a una mujer tan completamente abierta y natural con él.
- Debería haberte dado la oportunidad de discutir al menos lo que significaba, Juliette. - Dijo él. Su voz fue ronca. La boca estaba haciendo cosas deliciosas en su cuerpo y se estaba volviendo mucho más difícil pensar con claridad.
- No creo que yo quisiera discutirlo. - Ella se deslizó un poquito más abajo para poder respirar aire caliente sobre su pesada erección. Sonrió cuando sintió como los músculos se contraían y las manos de él se cerraban sobre sus brazos en reacción.
Juliette alzó la barbilla para poder encontrar su mirada, revelando el hambre que oscurecía sus ojos. - Si lo hubiera pensado mucho, no habría podido de tenerte. Y realmente, realmente te deseaba. - Agachó la cabeza para poder lamer a lo largo de la cabeza de su pene, una lenta y concienzuda exploración de la forma y textura de su cuerpo.
El aliento de Riordan quedó atrapado en sus pulmones.
- Tengo que admitir, que estoy eternamente agradecido de que me desees. No creo que tengamos nunca suficiente tiempo para hacer todas las cosas que tengo en mente. - Deliberadamente le dejó ver cada uno de sus deseos, todas sus necesidades.
Juliette rió suavemente.
- Es bueno que pensemos igual. Odiaría estar atada a alguien que no es aventurero. Definitivamente yo necesito aventura.
Fue el turno de él de gritar. El sonido de desgarró de su garganta cuando la boca de ella le engulló, tomándole profundamente en su garganta y empezó una lenta y sensual succión. Pensé en averiguar a que sabes. Si eras ardiente, especiado y picante. Su risa burlona jugueteó con sus sentidos y le acarició el cuerpo. Perdió la noción del tiempo, perdido en las olas de la charca lamiendo su cuerpo, con la ardiente boca y lengua de ella llevándole a un punto febril. Cuando no pudo ya quedarse quieto, movió las caderas hacia ella, permitiéndole tomar el control del ritmo, marcando el paso. Ella jugó con él hasta provocarle un orgasmo, succionando con fuerza y prodigando atención con su lengua, solo para deslizar su boca holgadamente sobre él, sus dientes gentiles. Adoro sentir lo que tú sientes. Adoro oír el rugido en tu cabeza y saber que puedo ponerlo ahí solo haciendo esto. Su boca tiró de él. Las manos de Riordan le tiraron del pelo, el movimiento de sus caderas se volvía más urgente, más frenético como respuesta. Ella le tomó profundamente, trabajándole hasta que estoy tan atrapado en su hechizo, tan perdido en el placer que no podía pensar en cordura.
- Termina y déjame tenerme. - Se las arregló para sisear entre los dientes.
Ella accedió, su suave risa burlona solo tentó aún más sus sentidos. Juliette celebró su poder. Él era enormemente fuerte y peligroso, y aún así la necesitaba. Necesitas diversión en tu vida, Riordan. Realmente me necesitas.
Demonios. Gruñó en la mente de ella, con las manos enterradas en su pelo.
La boca de ella le llevó deliberadamente al límite, ordeñándole mientras su risa burlona le ardía en el cerebro. Estaba grabada en sus mismos huesos para siempre. Nunca sería capaz de volver atrás a lo que había sido. Y nunca sería capaz de estar sin ella. Llevaba la luz con ella y le hacía sentir en la imparable oscuridad que había sido su casa.
Ella se hundió bajo el agua, empujándose lejos de él. Riordan se extendió y la cogió, arrastrándola de vuelta. Apartó el pelo húmedo de su cara y la miró fijamente. Su milagro.
- Te necesito. - Admitió. Si ella podía ser valiente y honesta y admitir lo que deseaba y necesitaba él no podía ser menos. -
Lo eres todo.

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Aclaracion-Disclaimer

La Saga Serie Oscura, es propiedad de la talentosa Christine Feehan.
Este espacio esta creado con el único fin de hacer llegar los primeros capítulos de estas magnificas obras a todos ustedes que visitan el blog. Lamentablemente, en latinoamericano muchos de estos maravillosos ejemplares, no estan al alcance de todos.
Si tienes la posibilidad de conseguir estas historias en tu pais, apoya el trabajo de Christine y compra sus libros. Es la unica manera de que se continue con la publicacion de los mismos.
Gracias por su visita
Mary