Peligro Oscuro –Escena eliminada 2
Dominic echó un vistazo en Solange mientras se aceraban a la casa principal de los De La Cruz. Envió su llamada por delante hacia los hermanos y, como Solange, supo que fueron cuidadosamente inspeccionados mientras se acercaban a su destino. Ella se alejó sólo un poco, dándole espacio para luchar por si era necesario. Estaba vestida con su traje de guerrera, vaqueros y una camiseta, el pelo hacia atrás en una trenza severa. Parecía totalmente seria, los ojos inquietos, buscando constantemente trampas ocultas. Dominic pensó que era absolutamente hermosa.
Se movía sobre cada obstáculo con fluida gracia, fluyendo sobre el suelo en silencio absoluto. El contraste entre su guerrera y su mujer era absoluto, y la cosa más sexy del mundo para él. Solange era fiable en un combate, tan fiable como cualquier cazador Cárpato con quien se hubiera topado. Su poder podría no ser el mismo, pero su valor y su determinación sí.
Estás nerviosa. Utilizó su forma más íntima de comunicación. Ella ni le miró. No traicionó que él había hablado con ella ni por un mínimo cambio de expresión.
-No tienes ni idea de las burlas que voy a recibir de mis primas. Juliette y Jasmine se partirán de risa al ver que tengo un hombre. Y MaryAnn, que es la consejera de mujeres que ha estado trabajando con Jasmine, es la mujer más femenina que he visto nunca. Quiso que me pintara las uñas de las manos… y de los pies. ¿Te lo puedes imaginar?
-Mmm -especuló con un vez como de terciopelo oscuro-. Las posibilidades son asombrosas.
Eso le ganó una mirada de censura por el rabillo del ojo.
-Mejor que no las incites, Dominic. O te encontrará en el suelo llorando como una chica.
-Sólo puedo esperar ese acontecimiento. Contén a tu gatito. Cree que va a cazar a Manolito, quien podría llevarse una impresión equivocada de él.
La mirada de Solange buscó a su gatito.
-Sombra, ven aquí.
-Vaya, tío Manolito, mira esto –sonó la voz de un joven.
Un muchacho esbelto de edad indeterminada salió precipitadamente de los arbustos directo hacia Sombra. El gatito saltó en el aire, gruñendo una advertencia, su cuerpo se volvió insustancial. Un momento era sólido y el siguiente no era nada más que una sombra escabulléndose entre la maleza hacia Solange y Dominic.
-Veriak ot en Karpatiiak, por la sangre del Príncipe -juró Manolito-. Josef, vuelve aquí donde puedo protegerte.
Era demasiado tarde, el chico ya estaba en el claro y luego desvaneciéndose detrás del gato sombra.
-¿Lo has visto? De verdad, tío Manny, era una clase de gato gravemente enfermo.
Solange fulminó al chico, deslizó la mano hacia su arma mientras la cabeza del chico entraba y salía de los arbustos, siguiendo al gatito.
-Mi gato no está enfermo –gritó-. Déjale en paz antes de que lo asustes y te hiera. ¿No sabes que es mejor no perseguir a un pobre gatito entre los arbustos?
-Aparta tu mano del arma, Solange -aconsejó Dominic.
Ella bufó con desprecio.
-Manolito. -Su voz cambió-, tío Manny, me conoces muy bien. Si ese idiota toca a mi bebé, me vengaré y será sangriento. Llámale.
-Como si tuviera alguna autoridad sobre él –murmuró Manolito-. Le calentaría las orejas, pero MaryAnn dice que necesita encontrarse. Sigue y encárgate de él, Solange. Estoy contigo.
-¿Este es tu genio, Dominic? –preguntó Solange cuando una mancha negra grisácea corrió hacia ella, ocultándose detrás, su cuerpo iba de la transparencia a la sustancia y transparente otra vez, las orejas aplastadas y moviendo la cola, indicando su agitación-. ¿Este chico desconsiderado que persigue a mi gatito?
Josef se detuvo bruscamente delante de ella, quitándose hojas de la camisa. Le sonrió con ojos brillantes, la pasó para mirar al gatito que siseaba y escupía.
-Totalmente enfermo. Impresionante, Dominic. ¿Dónde le has encontrado?
-No está enfermo -repitió Solange-. Sucede que es un gato sombra y se supone que tiene que tener ese aspecto.
-Enfermo es bueno, como guay, ya sabes. –Dijo Josef, haciendo gestos con la mano con desdén. Intentó rodear a Solange pero ella se deslizó con él, bloqueando fácilmente su camino. Él parpadeó como si la viera por primera vez. Le dirigió una sonrisa encantadora.
Solange nunca había visto a nadie como él. Tenía el pelo de punta, ojos traviesos, una oreja perforada y un collar y pulsera de puntas. Entrecerró los ojos, lanzándole su mirada más intimidatoria, ignorando a Dominic, que se había movido para insertar ligeramente su forma más grande entre ella y el chico. Solange adivinó que estaba a comienzos de los veinte, pero parecía más joven. A pesar de su apariencia extraña, tenía un aspecto inocente.
-¿Quien eres exactamente? -preguntó.
Manolito bufó. Dominic retorció el labio. Ella les fulminó a ambos y puso una mano tranquilizadora sobre la cabeza de Sombra. El gato se frotó contra su pierna, empujándola con suficiente fuerza como para hacerle dar un paso.
Josef no pareció molesto en lo más mínimo por su pregunta.
-Soy un macho cárpato. ¿Quien eres tú?
Dominic gruñó una advertencia.
-Cuida tus modales, chico.
-Supongo que es una pregunta legítima, dado que yo le pregunté. –Dijo Solange-. Soy su compañera. Cualquiera lo habría pensado.
Manolito pareció asustado. Más que asustado. Conmocionado.
-¿Estás bromeando, Solange? ¿Tú con un hombre?
-Aquí viene. Prepárate -advirtió Solange a Dominic.
Seguro que sus primas, Juliette y Jasmine, estaba saliendo a toda prisa de la casa. Juliette era la compañera de Riordan de La Cruz.
-Chismoso –siseó Solange a Manolito.
Éste le sonrió burlonamente.
-Ves como son todos, Dominic –Le confió Solange en voz tan alta que Manolito no podía dejar de oír su queja.
-¿Ahora quién es chismosa? –Se burló Manolito.
Solange se preparó mientras Juliette se lanzaba sobre su prima, empujándola hacia atrás. Solange se apoyó en una pierna para evitar que ambas cayeran, golpeando al gatito que siseaba y tropezó agarrándose a su prima. Las dos cayeron juntas, Solange aterrizando de culo. Juliette encima de ella y el gatito se lanzó sobre su cabeza.
Solange fulminó a Dominic con la mirada, quien no cambió de expresión, pero ella le podía oír riendo en su mente.
-Podrías haber ayudado -acusó.
-Cierto, pero nunca te he visto así.
-¿Cómo? -Entrecerró los ojos.
-Aturdida.
-Recuerda que estoy armada -advirtió.
Él le ofreció una sonrisa y apartó al gatito de Juliette para que ambas pudieran ponerse de pie. Solange se levantó de mala gana para echar una mirada a su familia. Todos sonreían como idiotas, igual que Dominic. Deseó que la tierra se abriera y la tragara, y no fue hasta varios minutos más tarde que recordó que realmente podía hacer que sucediera.
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